Ejemplo
Es posible que tras ver imágenes explícitamente sexuales experimentes un alivio temporal, pero más tarde puedes sentirte estresado y culpable por haber recaído en tu patrón de comportamiento indeseado. Esto te conduce a un ciclo negativo de evasión y uso de material de estimulación sexual para lidiar con tus sentimientos.
Estrategias para cambiar después del comportamiento:
Reflexiona sobre las consecuencias
después de haber realizado la conducta, tómate un momento para observar cómo te sientes y cuáles son las consecuencias. Comprender el impacto negativo (como un mayor sentimiento de culpa o distanciamiento de las personas queridas) puede motivarte a esforzarte más para evitar esa conducta la próxima vez.
“¿Cuáles son algunos de los costes de continuar así, y cómo me siento con respecto a esas consecuencias?”
Reconoce que el comportamiento te ofrece un alivio emocional inmediato: ser consciente de esto no significa estar de acuerdo, sino que te permite entender por qué es tan difícil de cambiar.
Sé empático y compasivo contigo mismo
Analiza por qué esta conducta te resulta tan atractiva, aunque sepas que tiene consecuencias negativas a largo plazo. Quizá te digas a ti mismo: “Tiene sentido que haya hecho esto, porque en el momento me hace sentir bien.”
Afrontar los retrocesos: el cambio es un proceso, y las recaídas pueden formar parte de la recuperación. Pregúntate: ¿Cómo puedo ayudarme si recaigo? ¿Qué puedo aprender del retroceso en lugar de juzgarme?
Celebra una fiesta de despedida
Cambiar un comportamiento puede suponer sacrificios y renunciar a placeres inmediatos a los que antes podías acceder fácilmente. Requiere mucha fortaleza. Tener la fuerza para resistir puede ser algo de lo que sentirse orgulloso y que te haga sentir bien, ya que refuerza las decisiones conscientes contra la conducta problemática. Incluso puedes hacer un pequeño ritual o una celebración simbólica para celebrar tu fortaleza y despedirte definitivamente del comportamiento problemático.
Reconoce las pequeñas victorias
Aprende y ajusta: utiliza lo aprendido de la experiencia para adaptar tus estrategias en el futuro. Por ejemplo, si la conducta no deseada te hizo sentir mucha culpa, proponte resistir un poco antes la próxima vez para evitar repetir ese ciclo.
Identifica tus propias razones para el cambio: escribe cómo cambiar ese
comportamiento podría mejorar tu vida personal, tu satisfacción y tu imagen, y cómo se alinea con tus valores personales. Piensa en dónde estás ahora y hacia dónde te gustaría llegar.
Crea nuevas rutinas
¿Qué alternativas podrías probar para satisfacer tus necesidades?
¿Cómo podrías gestionar el estrés, la soledad o el aburrimiento de otra forma?
¿Qué actividades saludables podrían hacerte sentir bien a corto plazo?
¿Qué actividades o interacciones sociales podrían darte mayor satisfacción a largo plazo?