Illustration zum Thema persönliche Trigger.

Autoayuda
Factores de riesgo personales

Eres responsable de tus propias decisiones. Estás en posición de decidir conscientemente ir contra tus impulsos y probablemente ya lo hayas hecho varias veces. ¿Has tenido alguna vez la impresión de que el impulso de llevar a cabo tus fantasías sexuales con menores de edad se hace más fuerte cuando te encuentras en un estado de activación emocional, como cuando estás sientes excitación, curiosidad, enfado, soledad o tristeza? ¿Has tenido alguna vez la impresión de que el impulso de llevar a cabo tus fantasías sexuales con menores de edad es mayor cuando te encuentras en determinadas situaciones, como cuando estás solo/a o pasas por un parque infantil?

¿Qué influye en tu decisión? ¿En qué momentos es más difícil y cuándo es más fácil mantenerse firme?

 

¡Identifica tus desencadenantes para evitar que las fantasías se conviertan en comportamientos perjudiciales!

 

Los desencadenantes personales de conductas problemáticas, como el uso de material de abuso sexual infantil, son situaciones, emociones, pensamientos o patrones específicos que pueden llevarte a adoptar ese comportamiento. Es crucial que identifiques y comprendas cuáles son tus desencadenantes personales para romper el círculo vicioso que te conduce a un comportamiento perjudicial, ya que así podrás intervenir conscientemente antes de que ocurra. Los desencadenantes personales varían mucho de una persona a otra, pero existen categorías y estrategias comunes que puedes utilizar para identificar los tuyos.

 

Tipos de desencadenantes personales

 

1. Desencadenantes emocionales

Las emociones son potentes desencadenantes del comportamiento. Tanto las emociones desagradables como las agradables pueden aumentar el impulso de ser (sexualmente) activo.

Ejercicio: cómo reconocer los desencadenantes emocionales.

¡Toma nota!

Al reconocer cómo te sientes y cuáles son tus patrones emocionales, puedes empezar a entender cómo ciertas emociones te llevan a actuar de una determinada manera. Para identificar los desencadenantes emocionales del comportamiento sexual se necesita autoconciencia y observación. Aquí tienes algunas formas de reconocerlos en ti mismo/a:


2. Desencadenantes situacionales

Algunos lugares o situaciones pueden aumentar la predisposición a implicarse en comportamientos sexuales. Esto no tiene por qué ocurrir inmediatamente, sino que también puede suceder horas o días después. 

 

Por ejemplo:

  • Relacionarse con ciertas personas o estar en contacto con menores de edad puede aumentar el deseo, aunque no siempre sucede inmediatamente, sino después.
  • Estar solo/a por la noche en tu dormitorio o en un lugar desocupado (por ejemplo, una casa vacía).
  • Tener fácil acceso a Internet o a dispositivos digitales que están al alcance de tu mano también puede ser un desencadenante situacional. Por lo tanto, a veces puede ser útil mantener cierta distancia.
  • Falta de estructura: la ausencia de rutina o disponer de un tiempo libre demasiado desorganizado también pueden ser factores desencadenantes. Esto puede ocurrir cuando estás de vacaciones, durante los fines de semana o en momentos en los que no estás ocupado/a con el trabajo u otros compromisos.

 

Ejercicio: cómo reconocer los desencadenantes situacionales.


3. Pensamientos y creencias (desencadenantes cognitivos)

Los pensamientos y las creencias son las herramientas más poderosas para generar cambios de comportamiento. Al cambiar tus pensamientos, cambias tus emociones y acciones. Con una práctica constante, los pensamientos positivos te ayudan a dejar atrás los malos hábitos y a conseguir mejoras a largo plazo en tu comportamiento. 

 

Sin embargo, ciertos pensamientos o creencias también pueden aumentar el deseo de afrontar determinadas emociones de forma precipitada. Estos pensamientos pueden ser muy poderosos para justificar o incitarte a ver imágenes que te estimulen sexualmente o a tener contacto con menores de edad, pero también para impedir que lo hagas. 

 

A continuación, tienes algunos ejemplos:

 

  • Racionalizaciones: "Me merezco un descanso", "No es para tanto" o "Sólo una última vez". Este tipo de pensamientos pueden justificar tu comportamiento, incluso cuando sabes que es perjudicial.
  • Perfeccionismo o expectativas poco realistas: la creencia de que debes estar "a la altura" o rendir a un cierto nivel (ya sea en el trabajo, en las relaciones o en cualquier otro ámbito) puede provocarte sentimientos de inadecuación, y es posible que recurras a comportamientos que te satisfagan emocionalmente y te proporcionen un alivio temporal o una vía de escape.
  • Fantasías: las fantasías sexuales o soñar despierto/a pueden desencadenar el deseo de mirar imágenes sexuales o llevar a cabo otro tipo de comportamientos sexuales, incluyendo pensamientos tales como "necesito más estimulación sexual, si estuviera viendo algo, seguro que sería más intenso».

 

Ejercicio: cómo identificar pensamientos y creencias (desencadenantes cognitivos).

Si sientes el impulso de llevar a cabo un comportamiento sexual problemático, anota los pensamientos concretos que se te pasan por la cabeza. Podrían ser pensamientos como “necesito relajarme” o “ya no aguanto más este estrés”, pero también podrían ser algo completamente distinto.

Analiza si estos pensamientos te llevan a justificar tu conducta o a comportarte así directamente. Identificar estas justificaciones y patrones de pensamiento te permite cuestionarlos en el futuro, sustituirlos conscientemente por otros y reaccionar de forma diferente, por ejemplo, evitar el uso material de abuso sexual infantil sustituyéndolo por fantasías cuando te masturbas.

 

Entrena la herramienta más poderosa:

Cómo los pensamientos y las creencias pueden reforzar tu capacidad para resistirse a comportamientos perjudiciales.

Tus pensamientos moldean tus emociones y acciones. Al cambiar tu mentalidad, podrás fortalecer tu capacidad para resistirte a esas conductas nocivas y crear estados emocionales positivos. 

 

A continuación, te explicamos cómo:


Sensaciones corporales (desencadenantes físicos)

Ciertos estados corporales, como el cansancio, la inquietud, la sobreestimulación o la excitación, pueden ser desencadenantes. 

 

Por ejemplo: 

 

  • Cansancio y sueño: cuando estás físicamente agotado o no puedes conciliar el sueño, es posible que recurras a las imágenes sexuales como una forma rápida de sentir placer o de superar el cansancio, el agotamiento o la inquietud.
  • Sobreestimulación: la exposición excesiva a la tecnología o los medios de comunicación (como navegar por las redes sociales o utilizar plataformas de vídeo sobre otros temas) puede generar excitación física, oleadas emocionales o sobreestimulación, lo que lleva a la necesidad de ver "más" y a terminar viendo material sexual.
  • Efecto de las sustancias: Del consumo de sustancias tóxicas puede afectar a tu percepción de valores y límites personales. Implicarse en comportamientos poco saludables puede parecer mucho más aceptable y tus inhibiciones pueden disminuir cuando se está bajo los efectos de estas sustancias. Sé consciente de esta conexión y mantente aún más alerta cuando consumas sustancias que alteren tu mente para evitar situaciones de riesgo. 

Conclusión

Identificar los desencadenantes personales es clave para evitar de comportamientos sexuales no deseados, como el consumo de material de abuso sexual infantil (CSAM). Al comprender los factores que contribuyen a desencadenar el comportamiento, puedes empezar a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables. La reflexión, el registro diario y la atención plena pueden ayudarte a identificar dichos desencadenantes, lo que te permite adoptar medidas proactivas, como crear pensamientos alternativos para controlarlos o eliminarlos.

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