3. Pensamientos y creencias (desencadenantes cognitivos)
Los pensamientos y las creencias son las herramientas más poderosas para generar cambios de comportamiento. Al cambiar tus pensamientos, cambias tus emociones y acciones. Con una práctica constante, los pensamientos positivos te ayudan a dejar atrás los malos hábitos y a conseguir mejoras a largo plazo en tu comportamiento.
Sin embargo, ciertos pensamientos o creencias también pueden aumentar el deseo de afrontar determinadas emociones de forma precipitada. Estos pensamientos pueden ser muy poderosos para justificar o incitarte a ver imágenes que te estimulen sexualmente o a tener contacto con menores de edad, pero también para impedir que lo hagas.
A continuación, tienes algunos ejemplos:
- Racionalizaciones: "Me merezco un descanso", "No es para tanto" o "Sólo una última vez". Este tipo de pensamientos pueden justificar tu comportamiento, incluso cuando sabes que es perjudicial.
- Perfeccionismo o expectativas poco realistas: la creencia de que debes estar "a la altura" o rendir a un cierto nivel (ya sea en el trabajo, en las relaciones o en cualquier otro ámbito) puede provocarte sentimientos de inadecuación, y es posible que recurras a comportamientos que te satisfagan emocionalmente y te proporcionen un alivio temporal o una vía de escape.
- Fantasías: las fantasías sexuales o soñar despierto/a pueden desencadenar el deseo de mirar imágenes sexuales o llevar a cabo otro tipo de comportamientos sexuales, incluyendo pensamientos tales como "necesito más estimulación sexual, si estuviera viendo algo, seguro que sería más intenso».
Ejercicio: cómo identificar pensamientos y creencias (desencadenantes cognitivos).
Si sientes el impulso de llevar a cabo un comportamiento sexual problemático, anota los pensamientos concretos que se te pasan por la cabeza. Podrían ser pensamientos como “necesito relajarme” o “ya no aguanto más este estrés”, pero también podrían ser algo completamente distinto.
Analiza si estos pensamientos te llevan a justificar tu conducta o a comportarte así directamente. Identificar estas justificaciones y patrones de pensamiento te permite cuestionarlos en el futuro, sustituirlos conscientemente por otros y reaccionar de forma diferente, por ejemplo, evitar el uso material de abuso sexual infantil sustituyéndolo por fantasías cuando te masturbas.
Entrena la herramienta más poderosa:
Cómo los pensamientos y las creencias pueden reforzar tu capacidad para resistirse a comportamientos perjudiciales.
Tus pensamientos moldean tus emociones y acciones. Al cambiar tu mentalidad, podrás fortalecer tu capacidad para resistirte a esas conductas nocivas y crear estados emocionales positivos.
A continuación, te explicamos cómo: