En cierto modo, todos los humanos son impulsivos, pero unos más que otros. Las características principales de la impulsividad son impaciencia, reacciones rápidas y no planeadas y un interés reducido por las consecuencias a largo plazo de acciones – expresado en un resumen conciso “primero actuar, pensar después”.
La impulsividad no siempre es mala. A las personas impulsivas les resulta fácil reaccionar rápido a oportunidades inesperadas, pueden transformar sus pensamientos en palabras sin problemas y adaptarse fácilmente a nuevas condiciones. Lo importante es encontrar un equilibrio.
El control de los impulsos evita que la impulsividad dirija nuestras acciones. Un control insuficiente es un problema si nos sentimos incapaces de manejar nuestros comportamientos o controlar el estado mental que conduce a conflictos con nuestra familia, amigos o en el trabajo.
Un control de impulsos insuficiente también puede provocar comportamientos peligrosos como dedicación excesiva a juegos de azar o cometer un abuso sexual. Investigaciones demuestran que hombres con pedofilia que han abusado a niños en el pasado tienen un control de impulsividad más bajo comparado con hombres con pedofilia sin delitos sexuales hacia niños.
Es importante entender cuando ser impulsivo es apropiado y cuando no, así como a usar este entendimiento para tomar las decisiones correctas.
Aquí tienes algunos consejos y trucos para controlar tus impulsos y resistir a las tentaciones:
Pensamiento abstracto
Piensa más en por qué no deberías seguir el impulso (abstracto) más que en cómo podrías evitar seguirlos (concreto).
Investigaciones han demostrado que el pensamiento abstracto (cuestión de por qué) con respecto a nuestras metas nos ayuda a controlar nuestros impulsos. Si nos preguntamos por qué tendemos a evaluar nuestras acciones como una pieza de un puzle grande. De esta manera a nuestra mente le resulta más fácil mantener el enfoque e incluso surgen asociaciones negativas con las tentaciones como no son parte del puzle entero y por consiguiente no “caben bien”.
Ejemplo: ¿Debería ver la tele o dar un paseo?
¿Por qué debería dar un paseo?
- Me siento estresada a menudo. El aire libre es refrescante y relajante.
- Desde hace mucho pienso en vivir mi vida más sana. Un paseo sería una actividad definitivamente saludable.
- Quiero aumentar mi entorno social. Si salgo podría conocer a gente o encontrarme con amigos o conocidos.
¿Y qué tal ver la tele en lugar de eso? ¡No! No me lleva a ninguna parte.
¿Y la cuestión de cómo?
Cómo logro no ver la tele?
- Necesitaré un montón de fuerza de voluntad.
- Suena como poco estimulante
¿Qué tal un paseo en lugar de eso? ¿De verdad es necesario?
Cuando nos preguntamos por qué, tendemos a evaluar dar un paseo como más positivo y ver la tele como más negativo. Cuando nos preguntamos cómo es justo al contrario.
Recompensa
Si relacionamos nuestras ambiciones a largo plazo con las recompensas regulares es más fácil resistir a las tentaciones.
Conseguir nuestra meta a largo plazo de vivir una vida tranquila y respetada es más difícil que recompensarnos cada vez que logramos resistir a impulsos como usar imágenes que muestran abusos sexuales.
Intenta encontrar qué puede servir como recompensa para ti – ¿un trozo de chocolate o una visita al cine?
Emprende tu nivel de estrés
Cuando estamos estresados, caemos en tentaciones con frecuencia. Si estamos estresados estamos – o sea, especialmente nuestro sistema de recompensa del cerebro está – buscando estímulos de recompensa que muchas veces van en contra de las metas de largo plazo.
El escaneo corporal te puede servir como una técnica para relajarte si estas estresado. Si todavía no estas familiarizado con esa práctica, por favor continúa con body scan para aprender más.